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Sebastián Thüer

Comunicación, diseño y tecnología

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Blog sobre tecnología, diseño y comunicación

Activo desde 2005 hasta 2019.

Macromedia lanza Studio 8

Sebastián Thüer · 09.08.2005 ·

Macromedia Studio 8 Como ocurre cada dos años, Macromedia ha actualizado su suite para el diseño y desarrollo web con el lanzamiento de nuevas versiones de Dreamweaver, Flash Profesional y Fireworks en Macromedia Studio 8 . Además de rebautizar el paquete -han dejado atrás la denominación MX- han incluido el software para la gestión de contenidos Contribute y Flash Paper, que permite generar un documento en formato Flash para ser leído en pantalla o impreso, además de converir al formato PDF.

Se trata de la ciclo de desarrollo donde más han atendido las demandas y requerimientos de los usuarios, según escribe Jim Guerard en el sitio de Macromedia. El paquete tiene una bonita presentación, aunque para verla hay que descargarse el Flash Player 8.

Con respecto al Dreamweaver, lo más interesante que ví es la posibilidad de emplear XML, trabajar con hojas de estilo de una forma más cómoda y remarcando las capas o layers, y validar la accesibilidad del sitio de acuerdo a los estántares del W3C. También me gustó mucho -siempre según la presentación- la posibilidad de expandir y colapsar cierta zonas del código de una página, de manera tal que un trozo de código sobre el cual no vamos a trabajar se puede ocultar.

Por lo pronto me voy a anotar para descargar la versión de prueba por 30 días. Después podré comentarlo con más detalle.

Galería de fotos

Sebastián Thüer · 29.07.2005 ·

Galería de fotos Acabo de crear una galería de fotos con imágenes tomadas en la Patagonia. Para ello usé Mini Gal version 2 (MG2), un sistema gratuito escrito en PHP que permite hacer todas las gestiones necesarias.

Por el momento está en una sección diferente del resto del sitio pero estoy investigando la forma de integrar MG2 con WordPress. Espero que pueda hacerlo pronto.

La galería: www.thuer.com.ar/fotos.

Quino: “Dibujé Mafalda cuando parecía que el mundo cambiaba para mejor”

Sebastián Thüer · 21.07.2005 ·

quino1

Esta nota sale un poco de la temática del sitio. Es una entrevista hecha a Quino en abril de 2000 cuando trabajaba para el diario Puntal . Me dio mucha alegría encontrarla cuando revisaba algunos CD viejos. Probablemente hoy la escribiría muy diferente, sin embargo acá la dejo tal cual fue publicada.

Joaquín Salvador Lavado hace más de tres horas que está sentado y firmando libros. Claro que a cada uno de sus lectores que llegan a la Feria del Libro les inscribe un nombre infinitamente más familiar: Quino.

El dibujante mendocino nació un 17 de julio de 1932. Pronto su familia buscó un apodo para sustituir su nombre, que ya era patrimonio de un tío suyo. Ese mismo tío fue quien despertó su vocación de dibujante. Recién al ingresar en la escuela primera supo que su verdadero nombre era Joaquín, algo que -según él- lo llenó de angustia.

A cada persona que llega al stand de Ediciones de la Flor en la Feria del Libro la recibe con una sonrisa, le pregunta su nombre y la despide con un dibujo. La cola es larga y por ella desfilan cientos de admiradores.

Nadie se atreve a interrumpir el encuentro del autor con sus lectores. Quienes lo conocen de cerca afirman que tiene un respeto casi reverencial por el público que se acerca obtener su firma.

“La gente hace cola por bastante tiempo y me parece que no se la puede tener esperando”, dice Quino y luego y confiesa: “Primero prefiero los lectores, luego los periodistas”.

Lentamente el stand se va despejando y vuelve a recuperar su quietud. La marea humana se ha disipado y ya no queda ningún reclamo pendiente, ningún libro que firmar. Por si acaso -y para evitar interrupciones- Quino señala la puerta que da a una pequeña pieza e invita a ingresar.

“Acá vamos a estar más tranquilos”, dice y hace una pausa antes de comenzar la charla.

-¿Usted tiene un contacto especial con sus lectores? Es mucha la gente que recibe en la Feria del Libro.

-Sí, afortunadamente sí. Lo lindo es que puedo conocer al público que lee las cosas que yo dibujo.

-¿Es diferente el humor de tira como Mafalda del resto de sus dibujos?

-Las páginas de humor que yo hago las hacía antes de dibujar a Mafalda, Las seguí haciendo mientras dibujaba Mafalda y las continúo dibujando ahora. Para mí no hay diferencia entre la gente que lee Mafalda o lee mis páginas de humor.

Quino es tímido. Muy tímido. Hablar de sí mismo no le interesa demasiado y el diálogo se desvía hacia otro tema.

-¿Cuál es el panorama actual del humor gráfico en el país?

-Lamentablemente, hay menos revistas. Es más difícil publicar para los jóvenes aunque creo que, dentro de todo, van encontrando su espacio.

-¿Los diarios, por ejemplo?

-Hay diarios grandes como La Nación, por ejemplo, que han dado bastante espacio a la gente nueva.

-¿Le gusta el humor de los nuevos dibujantes?

-Sí. Lo que pasa que cuando hablamos de gente nueva decimos personas de treinta y pico de año. No son ningunos pibes -dice, y se relaja en una extensa sonrisa. Ahora se siente más cómodo.

Comenzó a dibujar a los dos años. “Como todos los chicos. Claro que mucha gente después deja: los dibujantes no dejamos”, aclara.

A los trece ingresó en la escuela de Bellas Artes de Mendoza. Cuatro años más tarde la abandonó “cansada de dibujar ánforas y yesos”, según declaró en algún otro reportaje. Pronto descubrió que lo suyo es la historieta y el humor.

-Empecé a publicar a los 21 años. Fue en un semanario de actualidad sociopolítica en el año ’54 -, cuenta. Fue en la publicación porteña “Esto Es”.

Antes debió mudarse a Buenos Aires, una misión que había intentado de más joven sin éxito alguno: debió regresar a su Mendoza natal luego de permanecer tres meses en la gran ciudad sin conseguir que nadie publicara su trabajo.

Hoy, rememora aquellas épocas y pide un espacio para las generaciones más jóvenes puedan mostrarse.

-Los chicos más chicos si tienen realmente la necesidad de encontrar un espacio donde publicar sus cosas -, dice con voz seria.

-¿Existe diferencia entre el humor suyo y el de los nuevos dibujantes?

-Esta es una generación que por ahí está más ligada a la cultura del video y la imagen móvil que a la gráfica. También tienen otro tipo de influencia. Por ejemplo, de la historieta japonesa, que es otro tipo de influencia de la que tuvimos nosotros.

-¿Lee humor extranjero?

-Veo, pero no mucho. Lamentablemente, acá no es demasiado lo que llega.

-¿Cómo es hoy el humor gráfico?

-Se hace mucha sátira política con caricatura de personajes. Pero humor humor, como el que hacemos el negro Caloi, como las páginas de Fontanarrosa, y lo que hago yo, vamos quedando pocos.

De la publicidad a la mirada crítica de la sociedad

Mafalda

Mafalda fue dibujada por primera vez en 1963 para una publicidad de la empresa de electrodomésticos Manfsield. La campaña exigía que algunos de los personajes debieran comenzar por la letra M. Pero la compañía no le hizo lugar al personaje de Quino, quien se quedó con unas pocas tiras que serían publicadas al año siguiente.

Las tres primeras secuencias de Mafalda encontraron lugar en la revista Leoplán. Después, el personaje se mudó al semanario Primera Plana donde comienza a aparecer con regularidad.

En su historia, Mafalda pasó por el diario El Mundo, la revista Siete Días y posteriormente comenzó a ser publicada por Ediciones De la Flor. Se tradujo a varios idiomas: francés, portugués, alemán e italiano, edición esta última que tuvo prólogo de Umberto Eco.

El 25 de junio de 1973 Mafalda aparece por última vez en Siete Días. Su autor decidió no dibujarla más.

Quino es un poco renuente a hablar de ella. Hace más de 30 años que dejó de dibujarla. Sin embargo, el tema sobrevuela la charla y sobre el final de la entrevista llega la pregunta.

-Mafalda marcó toda una época en una la historieta argentina ¿Cómo llegar la decisión de no dibujarla más?

-Bueno, la dibujé durante diez años en una época bastante irrepetible y cuando parecía que el mundo cambiaba para mejor. Creo que es lo que hoy transmite Mafalda todavía. Le sigue gustando a la gente porque sigue diciendo que el mundo puede cambiar para mejor.

La planificación de un sitio web (2)

Sebastián Thüer · 05.07.2005 ·

En la primera parte de este artículo habíamos señalado que la planificación de un sitio web debe ser una herramienta útil para su construcción. Y mencionamos el tema de la definición de los objetivos.

Nos quedan dos puntos por tratar: pensar en el perfil de usuario y cómo va a estar organizada la información. Sigamos entonces.

2. Construcción del perfil de usuario

Con un mínimo de observación basta para darnos cuenta de que las personas hacen un uso muy diferente de la web y sus recursos: buscar información, jugar, bajar archivos o imágenes, participar de un foro, etc. Obviamente que la definición del perfil del usuario guardar una estrecha relación con el objetivo del sitio.

Un ejemplo: Si el objetivo del sitio es informar obviamente estamos pensando en un usuario que interesado en encontrar la información que le brindamos, que priorizará la calidad del contenido y verá con buen agrado un diseño sencillo, simple que le permite hallar fácilmente lo que buscar. Un sitio de corte artístico que busca impactar al usuario favorecerá, seguramente, la búsqueda y exploración, podrá dar una vuelta de tuerca adicional sobre las convenciones de la web.

Hace un tiempo leí una clasificación de usuarios de Lynch y Horton en Principios básicos para la creación de un sitio web que me gustó mucho. Ellos clasifican a los usuarios del siguiente modo:

  • Internautas. Navegan por la web y hojean las páginas principales como si fueran portadas de revistas. La estrategia para captar su atención es utilizar gráficos y enunciados claros acerca del contenido del sitio web. Los enlaces de la home page deben apuntar al interior de la web.
  • Principiantes y usuarios ocasionales. En general se sienten intimidados por menús muy complejos y buscan que la página principal sea clara. Prefieren páginas de carácter general y que le permitan visualizar el conjunto de la información. Los íconos y gráficos se deben poder retener con gran facilidad y su utilización debe ser intuitiva. Es importante colocar mapas jerárquicos con la información, un glosario de términos técnicos y una sección donde se responda a las preguntas más frecuentes formuladas por los usuarios (FAQ, frecuent asked questions).
  • Usuarios y expertos reincidentes. Acceden a los sitios web con objetivos específicos y buscan acceder a la información en forma certera y rápida. Generalmente se impacientan ante múltiples menús gráficos con pocas opciones; prefieren menús de textos detallados, índices amplios con la información y un ágil acceso a los resultados de búsqueda.
  • Usuarios internacionales. Cada país tiene sus pautas culturales. Si la intención es llegar a usuarios internacionales hay que escribirles en su idioma, evitar las expresiones locales, el uso siglas, la jerga profesional o notaciones como la fecha.

Aunque no es una clasificación perfecta (mezcla el nivel de experiencia con distribución geográfica) permite dar una idea de qué cuestiones deben priorizarse según quién vaya a navegar por nuestro sitio.

3. Organización de la información

La organización de la información -o arquitectura de la información, según los especialistas- es en realidad otra etapa del proceso de desarrollo de un sitio web. Sin embargo, cuando planificamos un sitio resulta muy útil saber cómo va a estar distribuida la información y cuál es el criterio para ello.

Los estudiosos de la arquitectura de la información señalan que los sitios pueden dividirse básicamente en dos grandes tipos: los que emplean la web como sistema de hipertexto y los que la utilizan como soporte para el funcionamiento de un sistema informático.

Intentemos aclarar esto un poco. Una web como sistema de hipertexto tiene justamente al hipertexto como su base. Este tipo de usuario navega por las páginas, busca información, tal vez imprima o copie su contenido. Para facilitar esto hay que dividir el contenido en secciones -no más de seis o siete porque resultan difíciles de retener- con un criterio claro.

Esto del criterio claro es muy importante. El sitio web de una Universidad no tiene por qué ser una reproducción de todas las dependencias académicas, departamentos, áreas, subáreas porque el usuario se termina mareando. Una cosa es la organización institucional y otra la distribución de la información en un sitio web. Lynch y Horton nos dicen que nunca un sitio web es la reproducción de la estructura organizacional, sino que tiene su propio criterios para organizar los contenidos: hacerlo centrado en el usuario.

Esto que parece tan sencillo en realidad no lo es. Al menos no cuando hay muchos contenidos, secciones y subsecciones. Hay mucho más para decir sobre esto. Por el momento sólo advertiremos sobre lo inconveniente de ser demasiado rígidos en la organización de las unidades lógicas. Un ejemplo de la vida real: ningún verdulero coloca los tomates junto a las demás frutas (aunque de hecho pertenezca a esta categoría) sino junto a las otras verduras, porque por lo general se consume junto con ellas.

En cuanto a la web como soporte de un sistema informático, en realidad más que de «sitios web» hablamos de «sistemas web» donde el utiliza las páginas como interfaz de software. Esto tiene su complejidad porque la web no fue justamente pensada para ello.

Se trata de sitios que no tienen una navegación secuencial o lineal, sino que ésta depende del lugar donde se encuentre el usuario, de su rol y los «permisos» que tenga, y de varias otras posibles variables. Aquí conviene que el diseñador no esté sólo sino ir viendo con el programador la mejor forma de distribuir las opciones. Hay mucho para decir sobre esto, pero lo haremos en otro momento.

Hemos terminado. Que lo anterior no se interprete como una especie de mandamiento ni nada por el estilo. Son sólo algunas pautas… en fin, que son un medio y no un fin en sí mismas.

La planificación de un sitio web (1)

Sebastián Thüer · 30.06.2005 ·

Uno de los aspectos que suelen ser rápidamente pasador por alto en el diseño de un sitio web es su planificación. Generalmente nos concentramos en pensar colores, formas, interfaz, etc. pero dedicamos poco tiempo a resolver cuestiones previas: cuál es el objetivo del sitio, por quién será visto y cuál será el criterio para organizar la información.

No nos engañemos. Después de haber desarrollado algunos sitios estas cuestiones están bastantes presentes en nosotros (o al menos deberían estarlo 😉 ) . Lo que sucede es que no las explicitamos. Como los tiempos apremian -y el cliente solo valora el producto final- vamos rápidamente a solucionar los problemas prácticos.

Pensemos que en lugar de ser diseñadores web somos arquitectos: ¿Construiríamos una casa sin un plano? La metáfora no es de las más felices (nadie gasta la misma plata en un sitio web que una casa, al menos que esté completamente loco 😮 ). Sin embargo, puestos en el rol de arquitectos y sin un mapa en la mano nuestra cabeza debe estar en absolutamente todos los detalles.

Una casa no es la suma de habitaciones. Un sitio web no es una suma de páginas. Hay una relación evidente entre las páginas de un sitio en cuanto a contenido, un estilo visual consistente, una misma distribución de la información. La mayoría de las veces todo esto permanece en la mente del diseñador: el tamaño de los iconos, el valor hexadecimal de los colores utilizados, las secciones definidas (generalmente armamos el menú y luego lo copiamos y pegamos)…

Tampoco la planificación de un sitio es un estudio sociológico sobre el tipo de usuario. Es importante que se convierta en una herramienta útil a la hora de hacer nuestro trabajo. El plano de una vivienda es una representación esquemática que nos da una idea aproximada de cómo quedará finalmente y nos recuerda constantemente todos los detalles a tener en cuenta.

Una buena planificación de un sitio debería tener la misma función. Veamos algunos elementos importantes.

1. Definición del objetivo del sitio

Una cosa es un objetivo publicitario (persuadir, convencer, inducir), otra un objetivo de marketing (posicionar, fidelizar) y otra un objetivo empresarial (gastar lo menos posible). Pero, ¿qué cosa es un objetivo para un diseñador web? Generalmente los proyectos o presupuestos son una mezcla de los objetivos anteriores pero carecemos de uno propio.

En mi caso he reducido los objetivos de un sitio a cuatro tipos: impactar, usar, informar y estar. Por supuesto, esto es muy esquemático y la mayoría de las veces queremos lograr todo al mismo tiempo. Pero si tomamos esta clasificación como tal (es decir, como una reducción útil), la cuestión se hace más clara.

  • Impactar. Son los clásicos sitios donde lo primordial es lo gráfico: animaciones y efectos visuales (en Flash generalmente), una estética muy trabajada e imágenes de alta definición. La facilidad de uso del sito pasa a segundo plano y se privilegia la capacidad para ofrecerle algo atractivo al usuario. Es el sitio como experiencia estética.
  • Usar. Básicamente aquellos sitios donde lo importante es algún tipo de acción sobre la experiencia sensorial: comprar, tomar un curso, subir/bajar un archivo, realizar alguna gestión. Aquí lo funcional está sobre lo gráfico. Se privilegia la claridad y sencillez para que el usuario pueda realizar su acción rápidamente y sin tener que consultar una ayuda o manual.
  • Informar. Aquellos sitios web donde lo importante es dar a conocer algo: noticias, partes de prensa, documentos internos, etc. También se privilegia la claridad en la presentación de la información, pero muy especialmente la organización de las secciones de manera tal que el contenido sea localice fácilmente.
  • Estar. Su objetivo es ese: estar por estar. Por esnobismo, porque la competencia también tiene un sitio, porque gusta, porque sí. Claramente son aquellos sitios donde perdemos el tiempo si no lo armamos a gusto y medida del cliente, independientemente de las aberraciones gráficas, funcionales u organizativas que nos veamos forzados a hacer. Por supuesto, siempre surge el nuestro espíritu docentes y queremos «enseñarle» al cliente como funcionan las cosas en la web. Eso está muy bien, pero no hay que exagerar. Después de todo, cada uno es libre de amar su sitio como mejor le plazca 🙂 .

Segunda parte: Identificación del público y sus posibles limitaciones técnicas.

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