Uno de los aspectos que suelen ser rápidamente pasador por alto en el diseño de un sitio web es su planificación. Generalmente nos concentramos en pensar colores, formas, interfaz, etc. pero dedicamos poco tiempo a resolver cuestiones previas: cuál es el objetivo del sitio, por quién será visto y cuál será el criterio para organizar la información.
No nos engañemos. Después de haber desarrollado algunos sitios estas cuestiones están bastantes presentes en nosotros (o al menos deberían estarlo 😉 ) . Lo que sucede es que no las explicitamos. Como los tiempos apremian -y el cliente solo valora el producto final- vamos rápidamente a solucionar los problemas prácticos.
Pensemos que en lugar de ser diseñadores web somos arquitectos: ¿Construiríamos una casa sin un plano? La metáfora no es de las más felices (nadie gasta la misma plata en un sitio web que una casa, al menos que esté completamente loco 😮 ). Sin embargo, puestos en el rol de arquitectos y sin un mapa en la mano nuestra cabeza debe estar en absolutamente todos los detalles.
Una casa no es la suma de habitaciones. Un sitio web no es una suma de páginas. Hay una relación evidente entre las páginas de un sitio en cuanto a contenido, un estilo visual consistente, una misma distribución de la información. La mayoría de las veces todo esto permanece en la mente del diseñador: el tamaño de los iconos, el valor hexadecimal de los colores utilizados, las secciones definidas (generalmente armamos el menú y luego lo copiamos y pegamos)…
Tampoco la planificación de un sitio es un estudio sociológico sobre el tipo de usuario. Es importante que se convierta en una herramienta útil a la hora de hacer nuestro trabajo. El plano de una vivienda es una representación esquemática que nos da una idea aproximada de cómo quedará finalmente y nos recuerda constantemente todos los detalles a tener en cuenta.
Una buena planificación de un sitio debería tener la misma función. Veamos algunos elementos importantes.
1. Definición del objetivo del sitio
Una cosa es un objetivo publicitario (persuadir, convencer, inducir), otra un objetivo de marketing (posicionar, fidelizar) y otra un objetivo empresarial (gastar lo menos posible). Pero, ¿qué cosa es un objetivo para un diseñador web? Generalmente los proyectos o presupuestos son una mezcla de los objetivos anteriores pero carecemos de uno propio.
En mi caso he reducido los objetivos de un sitio a cuatro tipos: impactar, usar, informar y estar. Por supuesto, esto es muy esquemático y la mayoría de las veces queremos lograr todo al mismo tiempo. Pero si tomamos esta clasificación como tal (es decir, como una reducción útil), la cuestión se hace más clara.
- Impactar. Son los clásicos sitios donde lo primordial es lo gráfico: animaciones y efectos visuales (en Flash generalmente), una estética muy trabajada e imágenes de alta definición. La facilidad de uso del sito pasa a segundo plano y se privilegia la capacidad para ofrecerle algo atractivo al usuario. Es el sitio como experiencia estética.
- Usar. Básicamente aquellos sitios donde lo importante es algún tipo de acción sobre la experiencia sensorial: comprar, tomar un curso, subir/bajar un archivo, realizar alguna gestión. Aquí lo funcional está sobre lo gráfico. Se privilegia la claridad y sencillez para que el usuario pueda realizar su acción rápidamente y sin tener que consultar una ayuda o manual.
- Informar. Aquellos sitios web donde lo importante es dar a conocer algo: noticias, partes de prensa, documentos internos, etc. También se privilegia la claridad en la presentación de la información, pero muy especialmente la organización de las secciones de manera tal que el contenido sea localice fácilmente.
- Estar. Su objetivo es ese: estar por estar. Por esnobismo, porque la competencia también tiene un sitio, porque gusta, porque sí. Claramente son aquellos sitios donde perdemos el tiempo si no lo armamos a gusto y medida del cliente, independientemente de las aberraciones gráficas, funcionales u organizativas que nos veamos forzados a hacer. Por supuesto, siempre surge el nuestro espíritu docentes y queremos «enseñarle» al cliente como funcionan las cosas en la web. Eso está muy bien, pero no hay que exagerar. Después de todo, cada uno es libre de amar su sitio como mejor le plazca 🙂 .
Segunda parte: Identificación del público y sus posibles limitaciones técnicas.