En la primera parte de este artículo habíamos señalado que la planificación de un sitio web debe ser una herramienta útil para su construcción. Y mencionamos el tema de la definición de los objetivos.
Nos quedan dos puntos por tratar: pensar en el perfil de usuario y cómo va a estar organizada la información. Sigamos entonces.
2. Construcción del perfil de usuario
Con un mínimo de observación basta para darnos cuenta de que las personas hacen un uso muy diferente de la web y sus recursos: buscar información, jugar, bajar archivos o imágenes, participar de un foro, etc. Obviamente que la definición del perfil del usuario guardar una estrecha relación con el objetivo del sitio.
Un ejemplo: Si el objetivo del sitio es informar obviamente estamos pensando en un usuario que interesado en encontrar la información que le brindamos, que priorizará la calidad del contenido y verá con buen agrado un diseño sencillo, simple que le permite hallar fácilmente lo que buscar. Un sitio de corte artístico que busca impactar al usuario favorecerá, seguramente, la búsqueda y exploración, podrá dar una vuelta de tuerca adicional sobre las convenciones de la web.
Hace un tiempo leí una clasificación de usuarios de Lynch y Horton en Principios básicos para la creación de un sitio web que me gustó mucho. Ellos clasifican a los usuarios del siguiente modo:
- Internautas. Navegan por la web y hojean las páginas principales como si fueran portadas de revistas. La estrategia para captar su atención es utilizar gráficos y enunciados claros acerca del contenido del sitio web. Los enlaces de la home page deben apuntar al interior de la web.
- Principiantes y usuarios ocasionales. En general se sienten intimidados por menús muy complejos y buscan que la página principal sea clara. Prefieren páginas de carácter general y que le permitan visualizar el conjunto de la información. Los íconos y gráficos se deben poder retener con gran facilidad y su utilización debe ser intuitiva. Es importante colocar mapas jerárquicos con la información, un glosario de términos técnicos y una sección donde se responda a las preguntas más frecuentes formuladas por los usuarios (FAQ, frecuent asked questions).
- Usuarios y expertos reincidentes. Acceden a los sitios web con objetivos específicos y buscan acceder a la información en forma certera y rápida. Generalmente se impacientan ante múltiples menús gráficos con pocas opciones; prefieren menús de textos detallados, índices amplios con la información y un ágil acceso a los resultados de búsqueda.
- Usuarios internacionales. Cada país tiene sus pautas culturales. Si la intención es llegar a usuarios internacionales hay que escribirles en su idioma, evitar las expresiones locales, el uso siglas, la jerga profesional o notaciones como la fecha.
Aunque no es una clasificación perfecta (mezcla el nivel de experiencia con distribución geográfica) permite dar una idea de qué cuestiones deben priorizarse según quién vaya a navegar por nuestro sitio.
3. Organización de la información
La organización de la información -o arquitectura de la información, según los especialistas- es en realidad otra etapa del proceso de desarrollo de un sitio web. Sin embargo, cuando planificamos un sitio resulta muy útil saber cómo va a estar distribuida la información y cuál es el criterio para ello.
Los estudiosos de la arquitectura de la información señalan que los sitios pueden dividirse básicamente en dos grandes tipos: los que emplean la web como sistema de hipertexto y los que la utilizan como soporte para el funcionamiento de un sistema informático.
Intentemos aclarar esto un poco. Una web como sistema de hipertexto tiene justamente al hipertexto como su base. Este tipo de usuario navega por las páginas, busca información, tal vez imprima o copie su contenido. Para facilitar esto hay que dividir el contenido en secciones -no más de seis o siete porque resultan difíciles de retener- con un criterio claro.
Esto del criterio claro es muy importante. El sitio web de una Universidad no tiene por qué ser una reproducción de todas las dependencias académicas, departamentos, áreas, subáreas porque el usuario se termina mareando. Una cosa es la organización institucional y otra la distribución de la información en un sitio web. Lynch y Horton nos dicen que nunca un sitio web es la reproducción de la estructura organizacional, sino que tiene su propio criterios para organizar los contenidos: hacerlo centrado en el usuario.
Esto que parece tan sencillo en realidad no lo es. Al menos no cuando hay muchos contenidos, secciones y subsecciones. Hay mucho más para decir sobre esto. Por el momento sólo advertiremos sobre lo inconveniente de ser demasiado rígidos en la organización de las unidades lógicas. Un ejemplo de la vida real: ningún verdulero coloca los tomates junto a las demás frutas (aunque de hecho pertenezca a esta categoría) sino junto a las otras verduras, porque por lo general se consume junto con ellas.
En cuanto a la web como soporte de un sistema informático, en realidad más que de «sitios web» hablamos de «sistemas web» donde el utiliza las páginas como interfaz de software. Esto tiene su complejidad porque la web no fue justamente pensada para ello.
Se trata de sitios que no tienen una navegación secuencial o lineal, sino que ésta depende del lugar donde se encuentre el usuario, de su rol y los «permisos» que tenga, y de varias otras posibles variables. Aquí conviene que el diseñador no esté sólo sino ir viendo con el programador la mejor forma de distribuir las opciones. Hay mucho para decir sobre esto, pero lo haremos en otro momento.
Hemos terminado. Que lo anterior no se interprete como una especie de mandamiento ni nada por el estilo. Son sólo algunas pautas… en fin, que son un medio y no un fin en sí mismas.