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Sebastián Thüer

Comunicación, diseño y tecnología

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Cercos virtuales contra Wikileaks

Sebastián Thüer · 07.12.2010 ·

Sus servidores sufren ataques constantes. Cambió de hosting dos veces en la última semana. Se quedó sin nombre de dominio. Congelaron sus fondos. Parece imposible que un sitio pueda sobrevivir a tantos inconvenientes pero WikiLeaks se mantiene en pie.

La organización de Julian Assange está siendo sometida a una implacable persecusión donde varios servicios que crecieron, se desarrollaron y ganaron dinero con una red libre y neutral están atentando contra estos principios.

Amazon le canceló el hosting en el Elastic Cloud Computing (EC2), a donde tuvo que refugiarse WikiLeaks por los constantes ataques que sufría su servidor anterior. Curioso, para una empresa que en aras de la libertad de expresión llegó incluso a publicar material aberrante como un manual de pedofilia. Daniel Ellsberg, el militar que mostró documentos secretos del Departamento de Defensa sobre la Guerra de Vietnam a The New York Times, llamó directamente a un boicot contra Amazon por amenzar la libertad.

También la empresa EveryDNS canceló la cuenta de WikiLeaks que permitía acceder al sitio con el dominio wikileaks.org (ahora diponible bajo el dominio suizo wikileaks.ch o en la su dirección IP 88.80.13.160). Pero sin duda las acciones más directas están siendo el cerco financiero que están tendiendo sobre la organización.

PayPal que canceló su cuenta donde había 60.000 euros y el banco suizoSwiss Post congeló sus fondos. Las represalias de los ciberactivistas no se han hecho esperar: El sitio de Swiss Post está fuera de servicio por un acción coordinada del grupo Anonymous. Y anuncian que ahora van tras el gigante de las transacciones online PayPal. En las últimas horas, Visa y MasterCard afirmaron que han detenido los pagos a WikiLeaks.

Las sospechas sobre que Twitter está quitando #wikileaks de sus trend topics (los ‘temas del momento’) tampoco a dejado de crecer. La sombra de la sospecha también se extiende hasta Microsoft cuyo buscador Bing solo muestra 10 resultados cuando se escribe WikiLeaks, en contraposición con los 1.500 de Google.

Sorpresivamente Facebook, últimamente bastante criticado por el uso de los datos de los usuarios, ha garantizado que mantendrá la cuenta y los contenidos de WikiLeaks porque no han transgredido ninguna norma de la empresa.

Acciones para apoyar WikiLeaks

Enrique Dans recoger algunas acciones concretas que los usuarios pueden hacer frenar la censura a la que está siendo sometido el sitio que realizó la mayor filtración de documentos confidenciales que se haya conocido hasta ahora:

  • Crear un vínculo desde tu sitio
  • Sumarte a su página en Facebook
  • Seguir su cuenta en Twitter
  • Realizar donaciones
  • Crear un mirror (espejo) de Wikileaks (instrucciones en castellano)

Mientras Julian Asange ha pactado una entre con las autoridades británicas su posición sobre el conflicto es clara: No maten al mensajero.

El dilema de Google: entre los ideales y los negocios

Sebastián Thüer · 11.08.2010 ·

La frontera que separa las convicciones de los negocios se está haciendo cada vez más difusa en Google. Por un lado, uno de los principios que abrazó la compañía como es la neutralidad de la red está en entredicho a raíz de un reciente acuerdo con la operadora de telecomunicaciones Verizon para impulsar «servicios diferenciales». Por otra parte, la resistencia a usar datos privados de los usuarios para mostrarles publicidad es cada vez menor según un artículo de The Wall Street Journal.

Neutralidad y privacidad son dos principios que Google ha defendido a rajatabla pero que ahora matiza. La fuerte presión de las teleoperadoras para comenzar a cobrar por otra ventanilla y el ascenso de las redes sociales que concentran un volumen muy fuerte del tráfico en Internet están empujando a Google a replantearse sus principios.

Una neutralidad a medias

Voy a intentar explicar el principio de neutralidad de la red de forma muy sencilla. Si ya lo conocés, podés saltar estas líneas. Juan, María y Pedro contratan el mismo plan con  la empresa PepeNet para que les brinde conexión a Internet. Juan descarga series vía P2P, María mira videos en YouTube y Pedro juega en red con sus amigos. El principio de neutralidad de la red define que PepeNet transmite los 3 tipos de datos asignándoles a cada uno la misma relevancia. Es decir, las empresas de telecomunicaciones deben tratar todos los datos exactamente iguales sin distinguir de qué tipo de contenido se trata. Ver videos no es más importante que jugar en red o las descargas P2P.

Pensemos otra analogía: el Estado de derecho garantiza que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley: las leyes se aplican del mismo todo a todas las personas sin importar su condición social, ideología, creencias, etc. La neutralidad de la red es algo similar pero para los datos: todos los datos tienen la misma importancia para ser transmitidos sin importar que tipo de información transmiten.

El acuerdo entre Google y Verizon básicamente establece que hay dos tipos de redes: las de cable y las móviles. El principio de transparencia se aplica para las primeras, pero se matiza las segundas.  Para Google, las conexiones de Internet inalámbrica son un sector más competitivo y móvil por lo cual se puede tolerar cierta discriminación siempre y cuando se haga con «transparencia».

Traduzcamos esto a la práctica: los videos de YouTube en el terminal móvil de PepeNet se descargan más rápido porque existe un acuerdo entre ambas compañías. PepeNet le cobra al usuario que recibe los contenidos, pero también recibe una «compensación» de la empresa productora de contenidos por usar su red.

También se podrían prohibir la conexiones Voz IP, el tráfico P2P o «privilegiar» las videoconferencias que se realicen por un software con el cual la empresa de telecomunicación haya firmado un acuerdo. Así las empresas operadoras abren otra boca de ingreso y los grandes productores de contenido se blindan frente a las nuevas compañías que puedan surgir. Enrique Dans explica claramente el escenario sombrío que supone este acuerdo cuyos términos habían sido anticipados por The New York Times (vía DenkenUber).

Datos no tan privados

¿Cuáles son los límites de Google a la hora de beneficiarse de la inmensa cantidad de información que posee sobre lo que la gente hace en Internet? Con esta pregunta la periodista Jessica Vascellaro abre una excelente nota en The Wall Street Journal sobre un tema difícil y controvertido: la privacidad en Internet.

Si hasta ahora Google no había comenzado a utilizar la enorme cantidad de datos que tiene sobre los usuarios de Internet es porque no ha querido. Sin embargo, sus competidores hacen uso de esta información y permiten a los anunciantes direccionar y focalizar mucho más sus campañas publicitarias.

Planteemos otro ejemplo. Si soy una empresa que vende autos puedo usar el servicio AdWords de Google para «comprar» ciertas palabras clave en los resultados de búsqueda. Cada vez que un usuario escriba «auto» o «coche» en el buscador de Google puedo mostrar mi anuncio. En Facebook, por contrapartida, compro datos personales para direccionar un anuncio hacia jóvenes de 25 a 35 años, solteros, con estudios universitarios y que sean fanáticos de un grupo de rock que próximamente se presentará en su ciudad y cuyo concierto voy a patrocinar.

Lo interesante es que muy probablemente Google pueda obtener este tipo de información también ya que el 75% de los usuarios globales de Internet usaron algún servicio de Google según comScore. Hasta ahora los fundadores de Google Larry Page y Sergei Brin se habían mostrado bastante renuentes a emplear información personal de los usuarios para determinar los anuncios que ve. El hecho que Gmail escanee los correos para mostrar publicidad ya es objeto de fuerte controversia.

Sin embargo, los tiempos están cambiando y la web social es una demanda de los anunciantes que quieren información personal específica para plantear sus estrategias de marketing. Con Gmail, Google Docs, Analytics y las páginas de perfil Google tiene muchísima información sobre sus usuarios. Pero por política de la compañía esta información no se cruza y cuando realizo una búsqueda los anuncios no se basan en mis correos personales. Al menos hasta ahora.

Según señala Vascellaro en su nota, Page se oponía fervientemente al uso de cookies para recoger información sobre los usuarios. A pesar de ello Google compró a Double Click que hacía exactamente lo contrario y comenzó a usar cookies en las páginas donde vendía anuncios destacados. Brin, aun más reacio que su compañero para colocar anuncios sobre la base de intereses de los usuarios, también ha cedido en su postura.

Don’t be the evil es parte de la cultura coporativa de Google y refleja el espíritu idealista de que se puede ganar dinero sin vender el alma al diablo. Pero ahora que los datos personales se están convirtiendo en una joya valiosa que la compañía atesoró por mucho tiempo, quizás se permita alguna travesura para seguir haciendo negocios.

La neutralidad de la red, otro paso de Obama en su política tecnológica

Sebastián Thüer · 22.09.2009 ·

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Net Neutrality

Al día siguiente de ser electo la adminsitración Obama lanzó Change.gov donde pretendía convocar a los ciudadanos para que fueran parte de activa de la transición mientras esperaba su llegada la Casa Blanca. Cuando asumió, renovó el sitio de la Casa Blanca y comenzó a participar en medios sociales bajo tres principios: comunicación, transparencia y participación. Hoy, da otro paso importante en su política tecnológica haciendo visible su apuesta por la neutralidad de la red con OpenInternet.gov.

La neutralidad de la red es el principio básico por el cual Internet es lo que es. Básicamente, viene a decir que la red es una autopista donde todos los coches son iguales. Nadie, en teoría, tiene acceso preferencial ni puede viajar por un carril de mayor velocidad. Y si hay más velocidad, es para todos por igual.

Las industrias culturales, fundamentalmente en Estados Unidos, han ejercido una fuerte presión para que determinados tipos de contenidos circulen de manera restringida. El caso más notable es el del P2P, ya que este sistema de comunicación puede favorecer la distribución de material protegido por derechos de autor, según el reclamo de asociaciones como la RIAA.

El tema se discutió bastante en la última campaña presidencial de los Estados Unidos. Obama se pronunció a favor de la neutralidad de la red lo que le valió el apoyo de personalidades como Vicent Cerf, uno de los padres de Internet y Eric Schmidt, CEO de Google.

El sitio Open Internet ahonda esta dirección y hace explícito su apoyo a favor de una Internet abierta y libre en medio de una red amenazada por tres factores, como lo explica claramente Enrique Dans:

  • Competencia limitada entre proveedores de acceso por su progresiva concentración;
  • Incentivos económicos a los operadores para alterar la neutralidad; y
  • Explosión del tráfico en la red y necesidad de gestionar la infraestructura existente.

Mike Powell, ex presidente de la Federal Communication Comisión había establecido 4 principios para defender la neutralidad de la red:

  1. Libertad de Acceso a Contenidos.
  2. Libertad de Uso de aplicaciones
  3. Libertad de conectar Dispositivos Personales.
  4. Libertad de obtener información sobre el Plan de Servicio.

Ahora, el nuevo presidente Julius Genachowski en su reciente discurso en The Brookings Institution propone agregar dos más:

  1. Impedir la discriminación por tipo de contenido.
  2. Los proveedores deben ser transparentes sobre su política de gestión de redes.

La intención es que los proveedores  no puedan reducir o bloquear la velocidad de transmisión en contenidos como videos o P2P y que insumen un gran ancho de banda. Sin embargo, es interesante tomar nota del matiz que apunta Cory Doctorow en Boing Boing: estos dos nuevos principios solo serán aplicables cuando no interfieran con los derechos de autor o actividades ilegales (via Mangas Verdes).

En Europa hay una carta abierta al parlamento europeo para solicitarle que haga suyo estos principios para favorecer una red libre y abierta que salvaguarde las libertades fundamentales de sus ciudadanos.

Desde mi punto de vista, lo más importante de todo esto es la relevancia cada vez mayor que están teniendo las decisiones políticas en materia de tecnología. Por eso todavía me parecen vigente estas palabras de Lawarence Lessing pronunciadas en la Stanford Law School:

La amenaza que hoy se cierne sobre Internet es que los propietarios de las redes convenzan a los reguladores de dar marcha atrás en el diseño original. A través de políticas regulatorias que permitan a los proveedores de banda ancha actuar como sus intereses les aconsejan, el potencial económico de la red se vería amenazado: la innovación siempre viene de quienes no están en la corriente principal. Si los propietarios de red reciben la posibilidad de controlar técnica y legalmente la innovación a ejecutar sobre Internet, la innovación será secuestrada.

Sebastián Thüer

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