Yahoo y Google, sí; Microsoft, no. La historia que por estos días escriben tres de las principales empresas tecnológicas en Internet tiene un nuevo capítulo: Yahoo y Google han llegado a un acuerdo por el cual la empresa fundada por Sergey Brin y Larry Page venderá publicidad para la Yahoo. El final de la historia todavía no está escrito porque Microsoft intenta influir en las autoridades antimonoplio Washington para que el acuerdo no prospere.
Miguel Helft de The New York Times hizo un rápido y lúcido análisis de la situación: Wall Street no mira con buenos ojos esta alianza porque el valor de Yahoo! es inferior al que habría alcanzado de concretarse el acuerdo con Microsoft. Además, habrá que ver como se suceden las cosas dentro de Yahoo porque sus accionistas tiene que votar si mantienen el actual directorio o el agresivo Carl Icahn -mucho más cercano a un acuerdo con Microsfot- logra hacerse con el control de la compañía.
Más allá de estas cuestiones de negocios, es importante comenzar a ver qué lugar tomará cada uno de los protagonistas. Sin duda Google ha sido el gran ganador porque su posición en el mercado de los avisos de búsqueda es aplastante. Y no hay signos de que vaya a cambiar. En contrapartida, Microsoft -que apostaba a la compra de Yahoo para ganar terreno- quedó desairada y ahora debe buscar nuevas estrategias.
¿Qué gana y pierde Yahoo, la empresa cortejada a uno y otro lado, con este trato? Por empezar, su valuación baja unos US$ 23.000 millones. Pero, como dice Enrique Dans, el acuerdo le permite recuperar iniciativa y recursos para otras proyectos y avanzar en tecnologías más interesantes como Panama y la publicidad comportamental.
La última palabra no está dicha. Resta ver cómo concluye la novela, qué enfoque y orientación tomará cada una de las empresas y, lo más importante, cómo nos afectan estas decisiones a quienes estamos en el último eslabón: los consumidores de sus tecnologías y servicios.