En el campo de la divulgación científica a veces se generalizan una serie de conceptos o ideas que en realidad no tienen ninguna base empírica razonable. Es el caso de la adicción a Internet, un tema sobre el que se ha hablado bastante pero sobre el cual es difícil encontrar criterios estandarizados o un acuerdo entre los especialistas para saber exactamente qué es la adicción a Internet.
En cierta forma, me recuerda a la «teoría de la bala mágica» o de la «aguja hipodérmica» que se enseña en teoría de la comunicación. De forma muy resumida, esta perspectiva sostiene que los medios de comunicación son capaces de manipular la voluntad de las personas que se encuentran indefensas ante la avalancha de mensajes de los medios. Ejemplos como el de la propaganda nazi y la conmoción provocada por la radionovela «La Guera de los Mundos» emitida en 1938 por la CBS en Estados Unidos contribuyen a alimentar esta visión. Sin embargo, más allá de la opinión pública reflejada en los medios no existe ningún fundamento sólido que permita otorgarle el estatus de teoría científica.
Vaughan Bell, especialista en neuropsicología y profesor del King’s College de la Universidad de Londres, realizó una investigación cuantitativa donde analiza los trabajos publicados sobre adicción a Internet entre 1996 y 2006. Y se encontró con varias cosas interesantes.
Por empezar, el manual utilizado por la mayoría de los psícologos y psiquiatras para diagnosticar desórdenes mentales – el DMS o Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders– no la reconoce por lo cual muchas investigaciones «toman prestada» la caracterización de la patología de la adicción al juego o ludopatía. Seguidamente, analiza los diferentes test empleados para diagnosticarlas y encuentra que cada uno mide cosas diferentes y no hay acuerdo sobre qué se considera una conducta adictiva a Internet.
Prosigue analizando diferentes dimensiones del tema: qué aspectos de la adicción a Internet han sido investigados, cómo se seleccionaron las muestras y qué metodología de análisis de datos se utilizó. La conclusión es que se han utilizado criterios inconsistentes para su definición, la selección de las personas para participar de las investigación ha tenido importantes errores metodológicos con lo cual los resultados están distorsionados (sample bias) y todos los estudio son de tipo exploratorio, con lo cual son necesarias más investigaciones para confirmar la existencia de dicha patología.
Pero lo más interesante es lo que escribe Vaughan Bell en Mind Hacks: La adicción a Internet es un error de categoría. Internet es un medio y por lo tanto es imposible que haya una adicción ya que no se desarrolla una actividad específica. Sería como habla de adicción al lenguaje o adicción al transporte, lo cual no tiene ningún sentido.
Vía Mangas Verdes
Updrade 09/02/2009: Helena Matute, catedrática de psicología en la Universidad de Deusto, ha escrito un artículo muy intersante sobre el tema donde distingue ‘uso excesivo’ de ‘adicción’.