Vía TicBeat
Twitter #music: El eterno romance entre redes sociales y música
Nos conecta. Permite relacionarnos. Genera grupos de personas afines y con intereses en común. No estoy hablando de redes sociales sino música. Sí, la música ha sido uno los principales vehículos para la expresión humana, la conformación de grupos y la transmisión de cultura. Por eso, no extraña que hoy Twitter anuncie #musica un nuevo servicio para descubrir artistas, compartir nuestros gustos y encontrar personas que realicen escuchas similares.
Básicamente, se trata de un espacio que, sobre la base de los tweets y las conexiones entre usuarios permite detectar los temas más populares y encontrar artistas emergentes. En otras palabras, un modo de encontrar música y ver qué están escuchando nuestros artistas de cabecera.
Por el momento, el servicio se materializa en una aplicación en App Store y la web music.twitter.com que conecta con sitios de streaming online como Spotify y Rdio. De esta forma, podemos ir buscando y escuchado la música al mismo tiempo.
La idea no es nueva. Hace bastante tiempo Microsoft Messenger se vinculaba con Windows Player para mostrar en nuestro estado el tema que estábamos escuchando. El boom de las redes sociales llegó de la mano de MySpace, el antecesor de Facebook donde la música era un componente central: el perfil de cada usuario se podía personalizar con una lista de canciones que sonaba de fondo.
Más cerca en el tiempo, todavía está fresca la fallida de apuesta de Apple en el terreno con Ping. Esta red social exclusiva para usuarios de iTunes permitía socializar nuestras escuchas y descubrir nuevos artistas pero por su carácter excesivamente cerrado (entre otras cosas), no prosperó.
¿Qué ofrece Twitter #music de diferente? Una red social consolidada y en expansión, una tradición de interacción con aplicaciones externos a través de su API que -si bien en este último tiempo se ha ido haciendo más restrictiva fundamentalmente por el número de conexiones admitidas-, y la vinculación con servicios de streaming legales que blinda la posibilidad de conflictos con la industria discográfica.
Como suele ocurrir, los usuarios de esta parte del mundo tendremos que esperar. El servicios se lanzó hoy para Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Se espera que luego se vaya expandiendo y también haya aplicaciones para dispositivos con Android.
Por el momento, habrá que conformarse con las descripciones que nos llegan a través de sitios especializados.
Transformá tu diseño en Illustrator a código con Drawscript
Drawscript es una de esas pequeñas joyas que hacen la vida de los profesionales del diseño y la programación un poco menos tortuosa. Se trata de una extensión que traduce un diseño en Illustrator a código fuente, es decir, nos permite incorporar un gráfico o ilustración a la interfaz de otro programa.
Drawscript es capaz de transformar un diseño en Illustrator a código JavasScript, C++, OBJ-C, ActionScript 3 y JSON, entre otros.
Simplemente hay que descargar el archivo, instalarlo como extensión y automáticamente tendremos en Illustrator una ventana donde se nos muestra el código. Es decir, nos podemos llevar ese diseño prácticamente a cualquier programa.
El proyecto está en beta y es una iniciativa open source.
Herramientas para el marketing digital [infografía]
Que el marketing es parte imprescindible para el éxito de cualquier proyecto digital es algo indiscutible. Esta infografía nos muestra un poco este interesante mundo con el pensamiento de las personas que ejecutan las campañas de marketing donde el 97% de los profesionales asumen que manejar las audiencias y los mensajes es parte esencial de su trabajo.
También es interesante ver cómo se distribuyó el presupuesto en los diferentes lugares. El 79% de las empresas aumentaron su inversión en social media en 2012 mientras que un 21% quitó dinero al marketing tradicional. Redes sociales y resultados de búsqueda concentran casi la mitad de la atención de los usuarios y fueron el foco principal de las acciones.
Vía Infosys
La reinvención del kiosko de revistas en la era digital
El eterno debate sobre papel vs. digital no es más que un debate sobre los soportes. Está claro que el lenguaje, el texto escrito y el alfabeto no desaparecerán. También seguiremos necesitando información, libros, revistas y periódicos. Si el texto aparece impreso sobre el papel o con tinta digital es otra cuestión.
El negocio editorial vinculado papel es muy grande y hace tiempo que viene pensando en nuevas estrategias para sobrevivir. Uno de los eslabones más débiles del negocio son los kioskos -sí, esos lugares donde vamos a comprar diarios y revistas- que no tienen la misma capacidad financiera (ni de lobby) para imaginar nuevos horizontes. Por eso me llamó la atención el post «El quiosco de prensa se reinventa» donde proponen una estragia interesante: reinventarse como centro de distribución de compras realizadas por Internet.
Para el 81% de los consumidores estos quioscos son un buen punto de recogida de sus compras en Internet, informa TicBeat. Y es que la cuestión de la entrega sigue siendo unos de los grande problemas del e-commerce ¿Me lo envían a casa o al trabajo? ¿Qué pasa si no estoy? ¿Cómo puedo estar seguro que arribe a la dirección correcta y no vaya por error a algún vecino?
El estudio realizada indica que los consumidores prefieren los kioskos frente a la tradicional entrega por mensajero. La razones son bastante obvias: creen que en estos lugares pueden resolver mejor una incidencia que un mensajero o cadete ¿Qué tipo de productos se podrían dejar en los kioskos? Fundamentalmente los propios del consumo cultural como libros y música, pero también se podría extender hacia la electrónica de consumo y prendas de vestir.
Sin embargo, la reconversión de los kioskos en puntos de conveniencia para el retiro de mercadería solo sería viable en grandes centros urbanos que requieren una mayor logística para la entrega. De todas formas, no deja de ser una interesante opción que ya se ha puesto en marcha en Francia donde 4 de cada 10 paquetes se entrega por este sistema.
Foto: Sonja Pieper / Yashima