El eterno debate sobre papel vs. digital no es más que un debate sobre los soportes. Está claro que el lenguaje, el texto escrito y el alfabeto no desaparecerán. También seguiremos necesitando información, libros, revistas y periódicos. Si el texto aparece impreso sobre el papel o con tinta digital es otra cuestión.
El negocio editorial vinculado papel es muy grande y hace tiempo que viene pensando en nuevas estrategias para sobrevivir. Uno de los eslabones más débiles del negocio son los kioskos -sí, esos lugares donde vamos a comprar diarios y revistas- que no tienen la misma capacidad financiera (ni de lobby) para imaginar nuevos horizontes. Por eso me llamó la atención el post «El quiosco de prensa se reinventa» donde proponen una estragia interesante: reinventarse como centro de distribución de compras realizadas por Internet.
Para el 81% de los consumidores estos quioscos son un buen punto de recogida de sus compras en Internet, informa TicBeat. Y es que la cuestión de la entrega sigue siendo unos de los grande problemas del e-commerce ¿Me lo envían a casa o al trabajo? ¿Qué pasa si no estoy? ¿Cómo puedo estar seguro que arribe a la dirección correcta y no vaya por error a algún vecino?
El estudio realizada indica que los consumidores prefieren los kioskos frente a la tradicional entrega por mensajero. La razones son bastante obvias: creen que en estos lugares pueden resolver mejor una incidencia que un mensajero o cadete ¿Qué tipo de productos se podrían dejar en los kioskos? Fundamentalmente los propios del consumo cultural como libros y música, pero también se podría extender hacia la electrónica de consumo y prendas de vestir.
Sin embargo, la reconversión de los kioskos en puntos de conveniencia para el retiro de mercadería solo sería viable en grandes centros urbanos que requieren una mayor logística para la entrega. De todas formas, no deja de ser una interesante opción que ya se ha puesto en marcha en Francia donde 4 de cada 10 paquetes se entrega por este sistema.
Foto: Sonja Pieper / Yashima