Buscar una nuevo servidor para tu blog no es una tarea sencilla. Requiere fundamentalmente tiempo, organización y algunos conocimientos mínimos para tomar una buena decisión. Hace poco me tocó la tarea de buscar un nuevo proveedor de hosting y me gustaría compartir algunos concejos o tips que te ayuden decidir mejor cuando te estás planteando mudar tu blog a un nuevo servidor.
1. Definir el tipo de servicio de hosting. Lo primero que hay que hacer es definir el tipo de hosting que vamos a necesitar. Básicamente hay tres opciones que son las más habituales: shared hosting server (hosting compartido), virtual private server (VPS o servidor privado virtual) y dedicated server (servidor dedicado).
La elección va a depender fundamentalmente del tráfico que tenga tu sitio, por eso es importante que revises las estadísticas de los últimos meses y veas la cantidad de visitas, el consumo de ancho de banda y -si disponés de acceso- el nivel de carga que tiene tu server actual. Obviamente también va a depender del tipo de contenido ya que si la mayor parte son videos el uso de recursos es mayor.
- Hosting compartido. Significa que tu blog va a estar hosteado en un servidor junto con otros cientos de sitios web. Es la opción más económica y no necesariamente la peor, todo va a depender de cómo administre tu proveedor los recursos de cada servidor y cuánto sitios tenga alojados. Como regla general, si tu blog no llega a los 1000 visitas únicas diarias no deberías tener problemas en usar este tipo de servicio.
- VPS, Servidor Privado Virtual. Se trata de un servidor virtualizado mediante software, es decir, que aunque físicamente hay un solo server desde el punto de vista lógico existen varias estaciones de trabajo independientes que comparten recursos. Esta opción es más económica que un servidor dedicado y, en general, te permite disponer de más recursos que un hosting compartido. Además, vas a poder personalizar la configuración de tu servidor cambiar algunos parámetros que por lo general no están disponibles en un hosting compartido. Si un shared hosting te queda chico, el paso siguiente es pasarse a un VPS.
- Servidor dedicado. Es para bloggers profesionales con mucho tráfico y que habitualmente tienen más de un sitio web. Acá lo que alquilás es directamente un servidor para vos solo, la opción más cara pero también la más potente ya que controlás todos los recursos disponibles. Si no tenés muchos concocimientos técnicos, fijate bien qué tipo de soporte te ofrecen y si vas a necesitar a un administrador para configurarlo y mantenerlo.
2. Investigar. Una vez que tenés en claro qué tipo de servicio va a necesitar lo siguiente es comenzar a investigar. Antes, hacé un lista con cuáles son tus requerimientos mínimos sobre la base de las estadísticas de los últimos meses. Si tu blog está creciendo, hacé una proyección de qué recursos vas a necesitar. Si tu opción es un hosting compartido, buscá al menos el doble de prestaciones con respecto a lo que estás usando.
En lugar de investigar haciendo búsquedas en Google mi concejo es que vayas a foros y comunidades especializadas donde te van a ayudar a entender mejor como funciona el mundo de hosting. Web Hosting Talk es un foro muy bueno (en inglés, eso sí) donde vas a encontrar ayuda, ofertas de vendedores y consultas técnicas. Obviamente, no te registres y escribas un post diciendo «cómo hago para contratar un buen hosting»… tomate tu tiempo para leer, conocer del tema e informarte lo más que puedas. Web Hosting Reviews también es un buen blog para conocer lo que opina la gente de los principales proveedores.
Tené en cuenta que en servicios de hosting no todo se reduce a espacio en disco, trasnferencia o cantidad de cuentas de email que se pueden crear. Hay otras cuestiones importantes como saber qué limite hay para el uso del procesador del servidor (que no siempre te lo dicen), qué versión de PHP hay instalada y con qué módulos (hay algunos plugins para WordPress que requieren algunas librerías específicas), posibilidad de acceso remoto a la base de datos, etc.
3. Definir un presupuesto (¡y cuidado con las ofertas!). Una vez que ya estás en el tema, sabés exactamente qué necesitás y qué es lo que se ofrece, el paso siguiente es definir un presupuesto para tus necesidades ¿Cuando dinero estás dispuesto a pagar por tu hosting? Elegir un web hosting solamente por esta variable es peligroso, pero también es cierto que cada uno sabe hasta donde puede estirarse y cuánto puede permitirse gastar por este servicio.
Si vas a contrar un hosting compartido, es importante que tengas mucho cuidado con las ofertas. Es normal que las empresas que proveen estos servicios hagan overselling, es decir, venden más recursos de los que realmente tienen. Nunca olvides que los discos con capacidad ilimitada no existen y que cada giga de transferencia le cuesta dinero a tu proveedor. Cuando te ofrecen 100 GB de espacio en disco y transferencia ilimitada por 2 dólares mensuales en realidad están calculando que en promedio se utiliza el 10% del espacio prometido y simplemente no te dice el ancho de banda máximo, porque los límites existen.
¿Quiénes hacen overselling? Prácticamente todo el mundo, pero el tema está que sea más o menos controlado y tu proveedor pueda responder en caso que te decidas a utilizar todos los recursos que te prometieron. En el mundo del hosting hay por una parte empresas fuertes que hacen ofertas agresivas como Dreamhost, BlueHost o Hostgator. Por otro lado, hay compañías más pequeñas que contratan servicios en grandes datacenters y diseñan sus propios planes a la vez que proveen soporte técnico a sus clientes. Cada una tiene sus ventajas y desventajas, pero el peor combinación es una empresa con poca infraestructura que haga overselling de una manera desmesurada.
4. Iniciar la ronda de preguntas. A partir de los pases anteriores deberías tener ya una lista de empresas de hosting que ofrecen el servicio que necesitás a un precio que podés pagar. Ahora es el turno de dejar que las compañías hagan su trabajo de pre-venta y muestren cuán eficientes son para responder a sus potenciales clientes.
En mi caso, hice una lista de unas 10 preguntas con cosas que me intersaban saber sobre el servicio que ofrecían. Es importante que tus preguntas sean específicas, directas y qué no te queden dudas del servicio que estás contratando. Si no hay respuesta en 24 horas o no te responden lo que preguntás, es hora de dejar esa empresa de lado. Quien no es capaz de responder rápido a un posible cliente, menos lo hará cuando tengas un problema.
Las preguntas dependen de tus intereses y necesidades pero es importante preguntar los detalles y la letra chica del servicio. Tampoco hay que parecer un experto, alcanza con que digas que tenés un blog, el CMS que usás, la cantidad de visitas y el tráfico que genera. En general, ellos mismos te van a decidir si el plan por el que estás preguntando es conveniente para lo que necesitás.
Cuando tenés todas las respuestas es tiempo de cotejar, analizar cada servicio y tomar la decisión final. En mi caso, es muy importante el servicio técnico por lo que me tomé el trabajo de mirar en cada proveedor los foros que tenían y cómo respondían a los demás usuarios, si se solucionaban sus problemas, etc.
5. Comparar y decidir. Con todos los datos anteriores tendrás suficiente información para comenzar a decidir. Lo más rápido es comenzar por la técnica del descarte y dejar de lado aquellas empresas que no responden aquello que solicitamos, quienes lo hacen con rodeso y los que se han tomado demasiado tiempo.
La lista puede seguir bastante poblada por lo que llega la hora de decidir más en profunidad. Mientras el presupuesto ofrecido se ajuste a nuestras posibilidades, el precio sería uno de los últimos factores a tomar en cuenta. Antes que ello conviene testear la reputación de la empresa y buscar sitios alojados con ella para ver su rendimiento y considerar su tamaño. También podemos buscar experiencias de usuarios en foros o blogs (como los que arriba mencioné) y prestar atención a estos testimonios.
Prácticamente todos los servicios de hosting tiene una política de cancelación de al menos 30 días, lo cual quiere decir que tenés un mes para probar a fondo el hosting y ver como funciona. No conviene que mudes tu blog original (pederías mucho tiempo si al final el servicio no te convence) pero sí que hagas una copia y vayas probando diferentes funcionalidades, ejecutes scripts de prueba y juegues con las opciones del panel de control. Nada te garantiza que tu blog con todo el tráfico siga funcionando igual, pero al menos podés ver que si no funciona en esta fase menos lo hará cuando esté alojando el blog «real».
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En mi caso todo el proceso duró entre 2 y 3 meses. Hay que tomarlo como una actividad más y dedicarlo el tiempo que sea necesario. La última recomendación que haría es no esperar a que esté cerca la fecha de vencimiento de tu servicio de hosting para decidir: puede que necesites el control de ambos servicios (el anterior y el nuevo) para realizar ajustes y cambios no previstos.