Hace 20 años atrás la web nació como una plataforma para la distribución de textos e incorporó una nueva dimensión los enlaces. Su flexibilidad distributiva, la capacidad para conectar unidades de información y la facilidad con lo cual podía realizarse lo convirtió en uno de los aspectos fundamentales que revolucionó la web.
Del hipertexto pasamos al hipermedia. La información ya no se transmitía a través del texto escrito sino que se sumaron los lenguajes visuales y audiovisuales. En este punto, el desarrollo de las empresas privdas fue bastante por delante de las propuestas de la W3C y tecnologías como Flash le dieron una nueva vida a la web gracias a la incorporación de gráficos vectoriales, animaciones, sonidos y, algo más tarde, una forma sencilla y eficaz para la transmisión de video.
En el blog del W3C Dominique Hazaël-Massieux plantea una interesante propuesta: estamos ingresando en la era de los hiperdispositivos (hiperdevices). Ya no es solamente que una web se vea desde un teléfono móvil, una tablet o la TV, sino que estos dispositivos vienen equipados con nuevas capacidades que modificarán radicalmente la experiencia en la web.
Por ejemplo, tabletas con acelerómetros que rotan gráficos en 3D de acuerdo a la velocidad a la que se desplaza la persona. O móviles con geolocalización que pueden mostrar información específica del área en la cual está el usuario. O pantallas táctiles en las cuales se puede dibujar a la distancia. O televisores inteligentes que pueden descargar información de nuestros programas favoritos de forma automática.
En definitiva, se está abriendo un nuevo escenario donde va tomando cuerpo la idea de que no existe un contenido o mensaje único sino que se va construyendo de acuerdo con el contexto. En este sentido, el dispositivo de acceso es fundamental. El medio es el mensaje ¿Te suena?