Googlé está lanzando una actualización de su traductor Google Translate donde hay cambios de funcionalidad y diseño para poner más a la vista las diferentes opciones y su integración con otros servicios. Por ejemplo, nos invita a traducir los correos que recibimos en Gmail, los subtítulos de un video en YouTube o buscar la receta original del sushi en japonés.
Si bien los cambios no son espectaculares, el nuevo aspecto de la página realza más los distintos idiomas que hay disponibles y ofrece algunos tips que van rotando en la parte inferior de la página. Este nuevo aspecto muestra unos de los principales problemas que, en mi opinión, tiene Google: su red de servicios y herramientas es tan amplia que muchos usuarios desconocen el verdadero potencial que está a su alcance.
El grueso de los usuarios no suelen ir más allá de las opciones que están a la vista y a veces terminan echando en falta algunas características que si bien están disponibles no tienen un acceso directo. Hay un delicado equilibrio entre usabilidad y funcionalidad donde muchas veces se opta por una simplificación tan radical de la interfaz que aquellas características menos populares son relegadas a un segundo o tercer nivel. Y termina por parece que no existen.