
El procedimiento está pensado principalmente para países donde las personas tienen los centros médicos muy lejos y no pueden hacerse los controles rutinarios. Funciona de la siguiente forma: Cada paciente recibe un dispositivo con un conjunto de tiras reactivas que pueden retirarse una cada 24 horas. Esta tira reacciona con los metabolitos presentes en la orina de aquellos que han tomado la medicina y forma un número que es visible por dos horas. Luego, los pacientes tienen que enviar este código por mensaje de texto a una base de datos.
 
 El incentivo es que los pacientes cumplidores reciben como premio minutos libres en llamada por celular. Los médicos, por su parte, pueden seguir la evolución de cada paciente y saber si toman la medicación sin necesidad de que vayan a consulta.   
 
 La prueba piloto se hizo en Honduras y los resultados fueron muy buenos. Ahora están pensando en llevarlo a Pakistán e Indonesia. Un aspecto interesante es que este proyecto se desarrolló dentro del Desafío Yunus, un programa que tiene el MIT para buscar soluciones originales e inovadoras que ayuden a mitigar la pobreza. 
 
 La noticia salió publicada en el MIT Tech Talk (PDF).